" Desde que podamos concebir a este mundo como una ilusión y un fantasma, podremos concebir todo lo que nos sucede como un sueño, cosa que simuló ser mientras dormíamos. Y entonces nacerá en nosotros una indiferencia sutil y profunda frente a todos los desaires y desastres de la vida. Los que mueren doblaron una esquina, y por eso los dejamos de ver; los que sufren pasan ante nosotros, cada vez que sentimos, como una pesadilla, cada vez que pensamos, como un devaneo ingrato. Y nuestro propio sufrimiento no será más que esa nada. En este mundo dormimos sobre el lado izquierdo y oímos en los sueños la existencia opresiva del corazón. Nada más... Un poco de sol, un poco de brisa, unos árboles que enmarcan la distancia, el deseo de ser feliz, la pena de que los días pasen, la ciencia siempre incierta y la verdad siempre por descubrir... Nada más, nada más... Sí, nada más. "
martes, 4 de septiembre de 2007
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