martes, 4 de septiembre de 2007

Quotes...

" Me siento en el tren y observo a dos jóvenes que se saludan porque la casualidad los ha reunido para un breve espacio de tiempo. Su saludo es casi una tragedia. Estos seres inofensivos parecen saludarse desde los hielos de dos polos opuestos.

Lo que hablan, si bien se observa, es de una insensatez total, es un jeroglífico helado en el mundo sin alma donde vivimos constantemente y cuyas estalactitas penden siempre sobre nosotros. Muy raro, extremadamente raro, es el hombre que en la conversación cotidiana manifiesta su alma. Son más que poetas, son casi santos. Ciertamente, el <<>> también tiene su alma, el malayo y el negro, y en su saludo y presentación muestra más su alma que el hombre corriente de nuestras latitudes.

El alma del hombre primitivo, que aún no conoce la alienación y las fatigas de un mundo ateo y mecanizado, es un alma colectiva, sencilla e infantil, algo hermoso y dulce, pero ahora no nos ocupamos de ella. Nuestros dos jóvenes europeos del tren son muy diferentes. Dan pocas muestras, o ninguna, de poseer un alma; parecen constituidos por una voluntad organizada, una razón, propósito y planes. Han perdido el alma en el mundo del dinero, de las máquinas, de la desconfianza.

Su propósito es ocultar su yo más íntimo, su alma; no sabe que ésta solo se perfecciona con la entrega. Está orgulloso, es una personalidad, no un simple salvaje. Pero en su orgullo es lastimosamente inseguro. Y toda esa frialdad, ese tono hostil, nervioso, altivo e inseguro del trato entre <<>> es un síntoma de enfermedad, la enfermedad necesaria y esperanzadora del alma, que ante la violación no sabe defenderse de otro modo que mediante esos signos. ¡Qué tímida y débil es el alma, qué joven y poco feliz se siente en la tierra! ¡Cómo se esconde, cuánto miedo tiene! "

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